Lo que ha cambiado en la Ley de Vivienda en España
La nueva ley de vivienda de España tiene como objetivo mejorar la asequibilidad de la vivienda e incluye controles de alquileres, protección a los inquilinos, exenciones fiscales para los propietarios y medidas contra las propiedades vacías.
Los propietarios que alquilan viviendas en “zonas de estrés” (regiones con escasez de alquileres) pueden recibir deducciones fiscales de hasta el 90%. Por ejemplo, hay disponible un descuento del 90% para una reducción del alquiler del 5%, un 70% para inquilinos jóvenes (de 18 a 35 años), un 60% para una propiedad reformada y un descuento básico del 50% para todos los propietarios. Estos beneficios no son acumulativos.
La ley limita los aumentos de alquiler en "zonas de estrés" donde los costos de alquiler exceden el 30% de los ingresos o los precios han aumentado más del 3% en cinco años. En dichas zonas, los plazos de arrendamiento deben permanecer sin cambios durante un máximo de tres años.
Para proteger a los inquilinos vulnerables, los desalojos se hacen más difíciles y requieren la provisión de una alternativa social. Los propietarios de propiedades que han estado desocupadas durante más de dos años deben pagar un aumento del impuesto a la propiedad, que puede llegar al 150%.
Los propietarios que alquilan viviendas en “zonas de estrés” (regiones con escasez de alquileres) pueden recibir deducciones fiscales de hasta el 90%. Por ejemplo, hay disponible un descuento del 90% para una reducción del alquiler del 5%, un 70% para inquilinos jóvenes (de 18 a 35 años), un 60% para una propiedad reformada y un descuento básico del 50% para todos los propietarios. Estos beneficios no son acumulativos.
La ley limita los aumentos de alquiler en "zonas de estrés" donde los costos de alquiler exceden el 30% de los ingresos o los precios han aumentado más del 3% en cinco años. En dichas zonas, los plazos de arrendamiento deben permanecer sin cambios durante un máximo de tres años.
Para proteger a los inquilinos vulnerables, los desalojos se hacen más difíciles y requieren la provisión de una alternativa social. Los propietarios de propiedades que han estado desocupadas durante más de dos años deben pagar un aumento del impuesto a la propiedad, que puede llegar al 150%.